La clave de las nuevas tecnologías
Vivimos en un mundo en el que los móviles se quedan anticuados cada 6 meses, se aboga por el último modelo y en ocasiones las nuevas tecnologías superan las fantasías de la ciencia ficción (¿Sabíais que se ha sacado un prototipo del patín volador de «Regreso al Futuro»?). Es por esto que en ocasiones algunas ideas se desechan por tradicionales o anticuadas, tenemos prisa por implantar nuevos programas y formas de trabajo, pero ¿de qué sirve usar las versiones más actuales si no lo hacemos con cabeza?
Hace poco fui a un foro sobre economía y emprendimiento. El evento se publicitó y difundió en las redes sociales creando eventos, seguidores, hastags… La mayor parte de los esfuerzos publicitarios fueron en esa dirección y ,sin embargo, no se consiguió la afluencia deseada. No quiero decir que la publicidad en la Red sea ineficaz ni mucho menos. Usándolos de manera adecuada uno puede generar una repercusión mediática a través de Facebook y Twitter que antes sólo era accesible a través de costosas campañas de marketing. Simplemente hay que tener en cuenta que al restarle peso a otras formas de difusión más clásicas no se llega a todo el público potencial y eso limita el éxito de tu proyecto.
El caso contrario tampoco es aconsejable. De mucha gente he oído: «Mi negocio funciona gracias al boca a boca. Si me ha ido bien hasta ahora no necesito cambiar». Por un lado, si tienes la suerte de que tu empresa tiene éxito y ha conseguido salir adelante en una época de crisis significa que estás haciendo algo bien y no debes dejar de hacerlo. Pero por el otro, ¿tan bien te va que no necesitas más clientes? En ningún caso te va a perjudicar hacer uso de las nuevas tecnologías y en muchos ámbitos más que necesario es imprescindible ya que Internet es la principal fuente de información hoy en día.
Hay personas que se resisten al cambio, otras que quieren romper con todo lo viejo y pasar directamente a un mundo completamente automatizado. La clave está, como siempre, en el equilibrio. No te dejes llevar por lo que recomiendan otros ni hagas algo sólo porque es la última moda, usa aquello que te vaya a resultar más beneficioso, la tecnología que mejor se adapte a tus necesidades. No tiene que ser la más cara, la más compleja ni la más vanguardista, lo único que importa es que la uses con sentido común.